Reflexiones sobre el estudio del apego

Anónimo (Grupo 130, curso 2015-16)

Leyendo las lecturas del tema 1 sobre el afecto, intentaba buscar con cuál de ellos me sentía más identificada, siempre me ha gustado aplicar la teoría que voy aprendiendo y estudiando a mi propia vida, en busca de una mayor profundización en mi misma. Llegue a la conclusión de que pertenecía al «apego tipo C», el resistente.

El recuerdo más vivido que me venía a la cabeza era de cuando debía de tener 5 años aproximadamente una mañana mi madre se enfadó mucho conmigo, no recuerdo el motivo concreto, pero debió de ser un enfado remarcable para que me acuerde. Y esa misma tarde al volver del colegio tenía miedo de hablarla, pero ella estaba normal conmigo y la pregunte si no seguía enfadada conmigo. Ella me respondió que si asa un rato el enfado se le olvidaba. Pero no siempre era así. Y cada vez que se enfadaba me confundía.

Este es solo un ejemplo de su carácter impredecible. Sin saber nunca un motivo cambiaba de humor en cuestión de segundos. Aprendiendo desde pequeña entonces a como manipular y actuar según sus estados de ánimo.

No obstante con el tiempo este apego inseguro resistente paso a ser un apego seguro. Dejo de trabajar tanto, hacia meditación y lo que le gustaba. Se centró más en mis hermanos y en mí. Buscaba actividades para realizar juntas y buscaba ayudarme con mis problemas.

Este cambio de apego me hizo llegar a una conclusión; nada en esta vida es irreversible o estático y menos aún respecto a la mente humana. Hay tantos factores, situaciones, personas… que nos pueden hacer madurar, cambiar de opinión, entristecernos, hacernos amar y toda clase de emociones.

Igualdad de género desde la infancia

Anónimo (grupo 130, curso 2015-16)

Últimamente la gente no para de hablar acerca de la igualdad de género y sobre la forma de hacer que dicha igualdad se dé en el mundo. La verdad es que no me voy a referir a la igualdad de género en ese término, es decir, refiriéndome a otros países, otros lugares, dejando que el tema se esparza por todos sitios para hacer como que no va con nosotros, que aquí no hay machismo, dando a pensar que somos un modelo a seguir para conseguir la igualdad que buscamos. Quiero referirme a la igualdad de género específicamente en nuestro país, España.

Hace alrededor de un mes, se propuso la idea de que el Congreso de los Diputados pasara a ser denominado Congreso, única y exclusivamente, ya que alegaban que si se decía la palabra “Diputados”, se estaría insinuando que solo hay hombres y no es representativo de las mujeres que trabajan allí, que ellas no son importantes y que su función no es la misma que la del resto de sus compañeros.

“El género no marcado en español es el masculino, y el género marcado es el femenino. La expresión no marcada alude al miembro de una oposición binaria que puede abarcarla en su conjunto, lo que hace innecesario mencionar el término marcado. Cuando se hace referencia a sustantivos que designan seres animados, el masculino no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Así, en oraciones como El hombre es un animal racional, la expresión el hombre designa el ser humano; en El gato es un buen animal de compañía, el grupo nominal el gato hace referencia al tipo de felino del que se habla. Esta forma de mención se extiende al plural.” ( Real Academia Española, 2009, p.16)

Creo que el texto anterior aclara cualquier duda sobre el significado de un plural en masculino. Para resumirlo, sugiere que un sustantivo terminado en masculino, ya sea singular o plural, para referirse a un conjunto de personas o seres, se refiere a ellos ya sean hombres o mujeres, machos o hembras, personajes femeninos o masculinos en una historia, etcétera. Siguiendo la gramática española, esto querría decir que un lugar llamado “Congreso de los Diputados”, incluye a cualquier trabajador que sea diputado, hombre o mujer. Lo mismo ocurre cuando en un lugar en el que hay hombres y mujeres, en vez de decir “Buenas tardes a todos los que asisten hoy a esta conferencia” se dice “Buenas tardes a todos y todas las personas que asisten hoy a la conferencia”. En mi opinión, hacer dicha distinción, si no tiene la finalizad de enfatizar la presencia de hombres y mujeres, no tiene ningún tipo de sentido. Realmente en vez de unirnos a todos en un mismo vocablo, estaríamos separando, a los hombres por un lado y a las mujeres por otro, creando, en mi opinión, una desigualdad, cuando lo que se está buscando es una igualdad. Sería como insinuar que las mujeres están en un grupo y los hombres en otro cuando realmente todos formamos una unidad, un TODOS y no, un TODOS y TODAS. Lo peor de todo esto, no es que se diga en una etapa adulta, si no que en las clases, a los niños pequeños que se están desarrollando, se les diferencie en niños y niñas, chicos y chicas. Entonces ¿qué ocurriría con las palabras plurales terminadas en “–es”?, por ejemplo, la palabra adolescente, ¿qué ocurría con ella? Todo el mundo respondería: “diríamos LOS y LAS adolescentes”, pero…. con ¿“la gente”? ¿Qué ocurría si decimos “la gente”? ¿Solo las mujeres deberían sentirse identificadas porque le precede el artículo “la” (femenino)? ¿O nadie debería sentirse identificado porque “gente” termina en “-e”? quizás se sugiera la posibilidad de decir “la gente” y “lo gente”. No lo sé, supongo que si todo este movimiento de cambiar un lenguaje, que simplemente es un lenguaje al que se le da una connotación negativa por tener plurales y palabras que generalizan en masculino en vez de en femenino o neutro, descubriremos qué pasará con este tipo de palabras.

Si realmente el lenguaje fuera el motivo por el cual la sociedad es machista, en Inglaterra, no habría machismo, ya que el inglés podría considerarse como una lengua neutro y en España nunca se buscaría la igualdad de género, porque el lenguaje nos induciría a un machismo continuo. Retomando el tema al que he hecho referencia dos párrafos atrás, el lenguaje en el aula, realmente es en las clases y en las casas donde se tienen que impartir los valores de igualdad, que los niños son igual de buenos o de malos que las niñas, que todos somos capaces de hacer lo mismo, que todos tenemos los mismos derechos y deberes ya seamos hombres o mujeres y que todos podemos llegar a lo más alto o a lo más bajo. También, que todo el mundo llora, todo el mundo ríe, todo el mundo sufre y no por eso eres menos hombre y que todo el mundo es fuerte o puede argumentar, dar sus opiniones por muy duras que sean, trabajar en una fábrica o ser jefe de una empresa y no por ello eres menos mujer. Si desde que nacemos observamos que en casa mamá tiene la misma autoridad que papá, ambos se respetan, nadie grita a nadie y si discuten, nadie es inferior en esa discusión. En el colegio, especialmente en educación física, todos pueden hacer de todo y si a un niño le gusta saltar a la comba es perfecto, igual que si a una niña le gusta jugar al fútbol, ninguno es menos que el otro y todos son iguales.

Para concluir, formulo la siguiente pregunta: ¿De qué me sirve que el lenguaje diferencie a hombres de mujeres, si cuando voy a buscar un trabajo y soy hombre. ganaré más dinero que si soy una mujer y voy a trabajar en exactamente lo mismo? Mi respuesta es la siguiente: No me vale de absolutamente NADA. Así que dejemos, por favor, de pensar en tonterías como “he dicho hola a todos, ¿se sentirá todo el mundo incluido?” Por supuesto que se sentirá incluido, si sabe lo que es el castellano y las reglas gramaticales y comencemos a pensar en lo que es realmente importante: soy una mujer, ¿me tratan igual que a un hombre y tengo las mismas oportunidad? Soy un hombre, ¿me tratan igual que a una mujer y tengo las mismas oportunidades? Si la respuesta es no, ya salga yo beneficiado o perjudicado, pongamos nuestro granito de arena para que cambie y no estemos pensando y buscando argumentos vacíos para un tema sin sentido, enseñemos a nuestros hijos desde pequeños y durante su desarrollo a valorar a su propio sexo y a su sexo contrario, sin estar uno por encima del otro y dando ejemplo de ello. Discutiendo sobre esto solo dejamos que la desigualdad sea más grande.

Llegados a este punto, me daría pena que algunas personas en vez de valorar si lo dicho está bien o mal, se pregunten: ¿lo habrá escrito un hombre o una mujer?